Demian - Hermann Hesse
—Sobre Hermann Hesse
Hermann Karl Hesse fue un
escritor, poeta, novelista y pintor alemán, nacionalizado suizo en 1924. De su
mano se desprenden grandes obras tales como El lobo estepario (1927), El juego
de los abalorios (1943), o el libro del que se busca hablar en esta ocasión
Demian (1919).
—Sobre
Demian (1919)
Demian fue escrito en un periodo de fuerte depresión del autor, lo cual
se ve reflejado en el fuerte existencialismo presente en este. El libro recoge
preguntas tales como ¿qué es el bien?, ¿qué es el mal?, ¿qué somos?, ¿se puede
ser bueno y malo al mismo tiempo? ¿está bien aceptar el mal dentro de uno
mismo?; así como el proceso de crecimiento y maduración del Emil Sinclair,
razón por la que el subtítulo de esta obra era “Una historia de juventud”. El
libro debe su nombre a uno de los personajes; Demian es un joven unos pocos
años mayor a Sinclair, que sirve como punto de partida para los
cuestionamientos del protagonista, así como también se convierte en una especie
de guía para este, volviéndose un sujeto que se encuentra casi permanentemente
en los pensamientos de Emil a lo largo del tiempo y cuya forma de pensar lo
lleva a cuestionar todo aquello que eran anteriormente hechos incuestionables
según sus padres y su religión.
“Solo me interesan los pasos que
di en la vida para llegar a mí mismo” (Demian, página 58).
Demian nos narra el paso de Emil
Sinclair desde la niñez hacia su adultez, así como su viaje de
autodescubrimiento, intentando integrar todos los fragmentos de su
personalidad, tanto los más socialmente aceptados, como los más oscuros, como
partes de sí mismo, buscando llegar a la realización del “yo”.
¿Pero qué es el “yo”? Según los
estudios del médico psiquiatra y psicólogo suizo Carl Gustav Jung, sujeto clave
en la etapa inicial del psicoanálisis, existen cuatro arquetipos principales
que componen la personalidad, la persona, la sombra, el anima o animus y el yo. Arquetipos que se ven fuertemente reflejados en Emil Sinclair, personaje que sirve como alter-ego de Hesse.
—Demian y
los arquetipos de Jung
“Allí se entrelazaban dos mundos,
la noche y el día brotaban de dos polos opuestos” (Demian, Página 30) esta cita
está profundamente relacionada con los arquetipos de persona y sombra
propuestos por Jung; donde persona es la representación de la máscara que
ocupamos ante la sociedad, en ella se integra todo lo que es considerado como
socialmente aceptable y motiva a dominar todos aquellos impulsos y emociones
primitivos, es lo que Emil considera como “el mundo permitido”, compuesto por
sus padres y hermanas, un mundo “enraizado en la claridad y la pureza” según
sus propias palabras. Mientras que la sombra, por otro lado, es todo lo que
hemos negado de nosotros mismos, aquello que el ego se ha negado a aceptar como
parte de la propia personalidad, pero que podemos ver en otras personas,
pensamientos o sentimientos por los cuales nos sentimos culpables o
avergonzados, todo aquello que pertenece al “mundo prohibido” de Sinclair.
Ahora, podemos ver que al inicio
del libro, el protagonista se ve completamente arraigado a su persona,
cumpliendo totalmente con las expectativas sociales de lo que debe ser, a tal
punto que se identificaba tan profundamente con su papel que perdía todo
sentido de sí, reprochándose intensamente cuando alguna de sus actitudes no
encajaba con su “mundo permitido”, llenándose de un sentido de culpa tan
profundo que se sentenciaba a sí mismo a vagar bajo etiquetas tales como
canalla o criminal “Tal vez me hallaba en el punto preciso en el que mi camino
se debía bifurcar, y desde ese minuto pasaría a formar parte del mundo de la
infamia, seguiría a los canallas y me asemejaría a ellos, compartiendo la
maldad y sus misterios”(Demian, página 22).
—Emil y su
sombra
Profundas eran las raíces de Emil
con el mundo de la luz, mas, el protagonista siempre se ha visto consciente y
atraído por el otro mundo, por el “mundo prohibido”, por la sombra “Como hijo
de mis padres, yo pertenecía al mundo recto y luminoso. Sin embargo, hasta
donde alcanzaban mis ojos y mis oídos llegaban los reflejos y las voces del
otro mundo lo cual me obligaba también a integrarlo, aunque lo percibiera raro
y tortuoso y en sus ámbitos me asaltara el miedo. En ciertas oportunidades
prefería vivir en el y consideraba aburrido el retorno a la luz” (Demian,
página 15)”.
El primer encuentro de Sinclair
con la sombra es, como en la mayoría, visto desde las acciones de alguien más
para posteriormente empezar a notarla en sí mismo “Lo importante fue que el
“otro mundo” había vuelto aparecer, lo que un día significó Franz Kromer se
hallaba ahora en mí mismo, Y con esto, y también desde afuera, consiguió el
“otro mundo poder sobre mi”.
El protagonista en un primer
momento repudia a su sombra, es consciente de ella pero quiere borrarla de sí,
según las palabras de Demian “Hasta ahora has entendido perfectamente que el
“mundo permitido” es nada más que la mitad. Pero has tratado de no ver la otra
mitad, de borrarla. Esto es imposible que lo logres. Cuando se comienza a
pensar ya nadie es capaz de lograrlo” (Demian, página 57) Palabras que encajan
perfectamente con las de Jung, quien dice “Tomar conciencia de ello implica
reconocer los aspectos oscuros de la personalidad como presentes y reales. Este acto es la condición
esencial para cualquier tipo de autodescubrimiento, y por lo tanto, como regla
general, se encuentra con una considerable resistencia” (Aion. Collected works, C.G.Jung), queriendo así mostrase como el protagonista resiste el
encuentro con su sombra, quiere ignorarla como parte de sí, mas es imposible,
puesto ya la ha notado dentro de sí.
Años después, con Emil ya en su
internado, se demuestra a un nuevo Sinclair, uno que abraza por completo a su
sombra como parte de sí, incluso más que eso, haciendo de esta su personalidad.
Y es que ahí se encuentra el gran peligro de la concientización de la sombra,
en el momento en el que no se es capaz de asimilarla como parte del yo, puede
pasar a tomar demasiada importancia, todas aquellas partes ocultas o negativas
se vuelven todo el ser.
Pero entonces ¿Qué fue lo que
llevó a Sinclair a poder integrar persona y sombra?
—Beatrice
y su influencia
Beatrice fue el nombre que
Sinclair le otorgó a una joven que había avistado en un parque, para él
Beatrice significo el retorno a la luz, fue su punto de partida hacia una
versión menos oscura de sí mismo y la visión que tenia de ella fue lo que logró
llevar a Sinclair de vuelta hacia su persona.
Para Sinclair ella era la primera
representación que tuvo del amor, una admiración piadosa hacia una figura que
el denominó como Beatrice.
—Abraxas
“El pájaro rompe el cascarón. El
cascarón es el mundo. El que quiere nacer tiene que romper el mundo. El pájaro
se vuela hacia Dios. El Dios se llama Abraxas” (Demian Página 79)
Abraxas, un ser que encarna en sí mismo a Dios y al Demonio, es el paso de Emil para aceptar tanto a su persona como a su sombra como partes de sí mismo, conoce a Pistorius, un organillero que le habla sobre Abraxas y se convierte en un guía para Sinclair, es en gran medida gracias a él que se permite esta incorporación de ambas partes.
Así, el protagonista atraviesa
diversos escenarios, que lo llevan a poco a poco volver a integrar a su persona
dentro de sí mismo, llegando poco a poco al tan esperado equilibrio, para
lograr llegar finalmente a lo más cercano de su “yo”, que viene al encuentro del
individuo únicamente después de haberse superado a la persona e integrado a la
sombra en el carácter de este mismo, entonces se le da el permiso, según Jung,
de entrar a los alcances más profundos y elevados del psique, aquel denominado
“yo”, aquel que viene a ser el más significativo de los arquetipos, aquel que
abarca todo lo que fuimos alguna vez, todo lo que somos ahora y todo lo que
podríamos llegar a ser, y es eso justamente lo que el protagonista abraza al final del libro, su presente futuro y pasado, todo lo que es y a la espera de todo lo que podría llegar a ser.
—Valoración
Demian es un libro profundo e
increíblemente interesante, está por supuesto más que recomendado para todos
aquellos lectores con un profundo sentimiento existencialista, puesto busca
responder diversas preguntas de carácter filosófico a lo largo de sus páginas,
es también un gran libro para todos aquellos interesados en la psicología y el
psicoanálisis, puesto Hesse fue un hombre fuertemente interesando en estos
ámbitos y cuya influencia se ve muy intensa en este libro.
Hermann Karl Hesse fue un
escritor, poeta, novelista y pintor alemán, nacionalizado suizo en 1924. De su
mano se desprenden grandes obras tales como El lobo estepario (1927), El juego
de los abalorios (1943), o el libro del que se busca hablar en esta ocasión
Demian (1919).
—Sobre Demian (1919)
Demian fue escrito en un periodo de fuerte depresión del autor, lo cual
se ve reflejado en el fuerte existencialismo presente en este. El libro recoge
preguntas tales como ¿qué es el bien?, ¿qué es el mal?, ¿qué somos?, ¿se puede
ser bueno y malo al mismo tiempo? ¿está bien aceptar el mal dentro de uno
mismo?; así como el proceso de crecimiento y maduración del Emil Sinclair,
razón por la que el subtítulo de esta obra era “Una historia de juventud”. El
libro debe su nombre a uno de los personajes; Demian es un joven unos pocos
años mayor a Sinclair, que sirve como punto de partida para los
cuestionamientos del protagonista, así como también se convierte en una especie
de guía para este, volviéndose un sujeto que se encuentra casi permanentemente
en los pensamientos de Emil a lo largo del tiempo y cuya forma de pensar lo
lleva a cuestionar todo aquello que eran anteriormente hechos incuestionables
según sus padres y su religión.
“Solo me interesan los pasos que
di en la vida para llegar a mí mismo” (Demian, página 58).
Demian nos narra el paso de Emil
Sinclair desde la niñez hacia su adultez, así como su viaje de
autodescubrimiento, intentando integrar todos los fragmentos de su
personalidad, tanto los más socialmente aceptados, como los más oscuros, como
partes de sí mismo, buscando llegar a la realización del “yo”.
¿Pero qué es el “yo”? Según los
estudios del médico psiquiatra y psicólogo suizo Carl Gustav Jung, sujeto clave
en la etapa inicial del psicoanálisis, existen cuatro arquetipos principales
que componen la personalidad, la persona, la sombra, el anima o animus y el yo. Arquetipos que se ven fuertemente reflejados en Emil Sinclair, personaje que sirve como alter-ego de Hesse.
—Demian y
los arquetipos de Jung
“Allí se entrelazaban dos mundos,
la noche y el día brotaban de dos polos opuestos” (Demian, Página 30) esta cita
está profundamente relacionada con los arquetipos de persona y sombra
propuestos por Jung; donde persona es la representación de la máscara que
ocupamos ante la sociedad, en ella se integra todo lo que es considerado como
socialmente aceptable y motiva a dominar todos aquellos impulsos y emociones
primitivos, es lo que Emil considera como “el mundo permitido”, compuesto por
sus padres y hermanas, un mundo “enraizado en la claridad y la pureza” según
sus propias palabras. Mientras que la sombra, por otro lado, es todo lo que
hemos negado de nosotros mismos, aquello que el ego se ha negado a aceptar como
parte de la propia personalidad, pero que podemos ver en otras personas,
pensamientos o sentimientos por los cuales nos sentimos culpables o
avergonzados, todo aquello que pertenece al “mundo prohibido” de Sinclair.
Ahora, podemos ver que al inicio
del libro, el protagonista se ve completamente arraigado a su persona,
cumpliendo totalmente con las expectativas sociales de lo que debe ser, a tal
punto que se identificaba tan profundamente con su papel que perdía todo
sentido de sí, reprochándose intensamente cuando alguna de sus actitudes no
encajaba con su “mundo permitido”, llenándose de un sentido de culpa tan
profundo que se sentenciaba a sí mismo a vagar bajo etiquetas tales como
canalla o criminal “Tal vez me hallaba en el punto preciso en el que mi camino
se debía bifurcar, y desde ese minuto pasaría a formar parte del mundo de la
infamia, seguiría a los canallas y me asemejaría a ellos, compartiendo la
maldad y sus misterios”(Demian, página 22).
—Emil y su
sombra
Profundas eran las raíces de Emil
con el mundo de la luz, mas, el protagonista siempre se ha visto consciente y
atraído por el otro mundo, por el “mundo prohibido”, por la sombra “Como hijo
de mis padres, yo pertenecía al mundo recto y luminoso. Sin embargo, hasta
donde alcanzaban mis ojos y mis oídos llegaban los reflejos y las voces del
otro mundo lo cual me obligaba también a integrarlo, aunque lo percibiera raro
y tortuoso y en sus ámbitos me asaltara el miedo. En ciertas oportunidades
prefería vivir en el y consideraba aburrido el retorno a la luz” (Demian,
página 15)”.
El primer encuentro de Sinclair
con la sombra es, como en la mayoría, visto desde las acciones de alguien más
para posteriormente empezar a notarla en sí mismo “Lo importante fue que el
“otro mundo” había vuelto aparecer, lo que un día significó Franz Kromer se
hallaba ahora en mí mismo, Y con esto, y también desde afuera, consiguió el
“otro mundo poder sobre mi”.
El protagonista en un primer momento repudia a su sombra, es consciente de ella pero quiere borrarla de sí, según las palabras de Demian “Hasta ahora has entendido perfectamente que el “mundo permitido” es nada más que la mitad. Pero has tratado de no ver la otra mitad, de borrarla. Esto es imposible que lo logres. Cuando se comienza a pensar ya nadie es capaz de lograrlo” (Demian, página 57) Palabras que encajan perfectamente con las de Jung, quien dice “Tomar conciencia de ello implica reconocer los aspectos oscuros de la personalidad como presentes y reales. Este acto es la condición esencial para cualquier tipo de autodescubrimiento, y por lo tanto, como regla general, se encuentra con una considerable resistencia” (Aion. Collected works, C.G.Jung), queriendo así mostrase como el protagonista resiste el encuentro con su sombra, quiere ignorarla como parte de sí, mas es imposible, puesto ya la ha notado dentro de sí.
Años después, con Emil ya en su
internado, se demuestra a un nuevo Sinclair, uno que abraza por completo a su
sombra como parte de sí, incluso más que eso, haciendo de esta su personalidad.
Y es que ahí se encuentra el gran peligro de la concientización de la sombra,
en el momento en el que no se es capaz de asimilarla como parte del yo, puede
pasar a tomar demasiada importancia, todas aquellas partes ocultas o negativas
se vuelven todo el ser.
Pero entonces ¿Qué fue lo que
llevó a Sinclair a poder integrar persona y sombra?
—Beatrice
y su influencia
Beatrice fue el nombre que
Sinclair le otorgó a una joven que había avistado en un parque, para él
Beatrice significo el retorno a la luz, fue su punto de partida hacia una
versión menos oscura de sí mismo y la visión que tenia de ella fue lo que logró
llevar a Sinclair de vuelta hacia su persona.
Para Sinclair ella era la primera
representación que tuvo del amor, una admiración piadosa hacia una figura que
el denominó como Beatrice.
—Abraxas
“El pájaro rompe el cascarón. El
cascarón es el mundo. El que quiere nacer tiene que romper el mundo. El pájaro
se vuela hacia Dios. El Dios se llama Abraxas” (Demian Página 79)
Abraxas, un ser que encarna en sí mismo a Dios y al Demonio, es el paso de Emil para aceptar tanto a su persona como a su sombra como partes de sí mismo, conoce a Pistorius, un organillero que le habla sobre Abraxas y se convierte en un guía para Sinclair, es en gran medida gracias a él que se permite esta incorporación de ambas partes.
Así, el protagonista atraviesa diversos escenarios, que lo llevan a poco a poco volver a integrar a su persona dentro de sí mismo, llegando poco a poco al tan esperado equilibrio, para lograr llegar finalmente a lo más cercano de su “yo”, que viene al encuentro del individuo únicamente después de haberse superado a la persona e integrado a la sombra en el carácter de este mismo, entonces se le da el permiso, según Jung, de entrar a los alcances más profundos y elevados del psique, aquel denominado “yo”, aquel que viene a ser el más significativo de los arquetipos, aquel que abarca todo lo que fuimos alguna vez, todo lo que somos ahora y todo lo que podríamos llegar a ser, y es eso justamente lo que el protagonista abraza al final del libro, su presente futuro y pasado, todo lo que es y a la espera de todo lo que podría llegar a ser.
—Valoración
Demian es un libro profundo e
increíblemente interesante, está por supuesto más que recomendado para todos
aquellos lectores con un profundo sentimiento existencialista, puesto busca
responder diversas preguntas de carácter filosófico a lo largo de sus páginas,
es también un gran libro para todos aquellos interesados en la psicología y el
psicoanálisis, puesto Hesse fue un hombre fuertemente interesando en estos
ámbitos y cuya influencia se ve muy intensa en este libro.
— Referencias
-Hesse, H. (1919). Demian.
-Jung, C. G. (2014). Collected works of C.g. jung, volume 9 (part 2): Aion: Researches into the phenomenology of the self (G. Adler & R. F. C. Hull, Eds.). Princeton University Press.
-(Imagen 2): DEMIAN / LA LEYENDA DEL REY INDIO. (s/f). Zigzag.cl. Recuperado el 14 de abril de 2022, de https://tienda.zigzag.cl/9789561230156-demian-la-leyenda-del-rey-indio.html
-(Imagen 3): di Verso, L. (2018, enero 6). 5 poemas de Hermann Hesse. Zenda. https://www.zendalibros.com/5-poemas-hermann-hesse/
-(Imagen 4): (N.d.). Com.Ar. Retrieved April 14, 2022, from https://www.frasesypensamientos.com.ar/frases/demian-1919.html
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